

En las conferencias celebradas durante la guerra (Washington, Moscú, Teherán, Dumbarton Oaks) los aliados ya habían pensado en la conveniencia de crear una organización que se encargara del mantenimiento de la paz mundial. Su objetivos serían la salvaguardia de la paz mundial, la defensa de los derechos del hombre, la igualdad de derechos para todos los pueblos y la mejora del nivel de vida en todo el mundo.
Los estados fundadores tuvieron en cuenta la malograda experiencia de la Sociedad de Naciones, que dejó de funcionar en 1946. Su documentación se traspasó a la nueva organización, y se propuso dotar al organismo de mayor eficacia que la de su predecesor.
La estructura de la ONU fue heredada, en parte, de la Sociedad de Naciones y se concretó en los siguientes órganos:
La Asamblea General: integrada por todos los estados miembros, con derecho a voto. Solo puede emitir recomendaciones, siendo sus decisiones “no vinculantes”. Elige a los miembros del resto de los órganos y al Secretario General.
El Consejo de Seguridad: órgano ejecutivo formado por 15 miembros, de los cuales 5 son permanentes. A estos últimos se les suele denominar los “cinco grandes”, y son: Estados Unidos, Reino Unido, la URSS (actualmente Rusia), Francia y China. Cuentan con derecho a veto. Los otros 10 miembros, son elegidos por la Asamblea durante un período de dos años. El Consejo de Seguridad tiene la potestad de imponer sanciones o decidir intervenciones militares.
La Secretaría General: es presidida por el Secretario General, elegido por períodos de 5 años por la Asamblea Nacional, a propuesta del Consejo de Seguridad. Ejerce una clara misión mediadora y tiene atribuciones administrativas. Preside el Consejo de Seguridad.
El funcionamiento de la ONU ha estado siempre en entredicho desde el mismo momento de su creación. Sus primeras dificultades vinieron por la polarización de intereses en torno a los dos principales estados vencedores en la guerra: Estados Unidos y la URSS.
La ONU

Sede de la ONU en Nueva York

Churchill, Roosevelt y Stalin en Yalta, 1945

Conferencia de Yalta
En la Conferencia de Yalta (Crimea, URSS), celebrada en febrero de 1945, poco antes de concluir la guerra en Europa, se reunieron de nuevo Churchill, Roosevelt y Stalin. En ella se decidió que Alemania fuera dividida en cuatro zonas de ocupación (USA, URSS, Reino Unido y Francia), también se trató el tema de las indemnizaciones que el país vencido habría de afrontar en concepto de daños a sus víctimas, así como el derecho de la URSS a consolidar su área de influencia sobre los territorios de Europa oriental liberados por ella.

Conferencia de Postdam
Esta Conferencia se celebró en la ciudad de Postdam (Alemania) en agosto de 1945. Ya concluida la guerra en Europa y a punto de rendirse Japón, se reunieron por una parte Stalin por la URSS, por otra el presidente de Estados Unidos, Harry Truman (que había sustituido al fallecido Roosevelt), y el también el británico Clement Attlee (vencedor en las urnas).
En Postdam se concretaron los aspectos de la división de Alemania en cuatro zonas de administración adoptados en Yalta y se hicieron extensibles a Berlín y Viena. Asimismo se decidió crear un Tribunal Internacional con la misión de juzgar a los criminales nazis. Respecto a Japón, se decidió que una vez de que capitulara, quedaría bajo la exclusiva responsabilidad de Estados Unidos. Finalmente, se delimitaron también los cambios territoriales producidos tras la guerra.
En la Conferencia de Postdam comenzaron a evidenciarse algunos signos, de que la colaboración entre los aliados comenzaba a llegar a su fin y se abría paso a una nueva realidad fundamentada en la rivalidad que iba a producirse entre soviéticos y estadounidenses.

Attlee, Truman y Stalin en Postdam, 1945

El Plan Marshall
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, ante la penuria europea y la imposibilidad financiera de comprar productos norteamericanos este plan de ayuda, sirvió para demandar una coordinación previa de los países europeos para su aplicación.
Para ello se celebró en junio de 1947, una conferencia en París a la que, tras muchas dudas, acudió la URSS. Pero Moscú, pronto declinó el ofrecimiento y obligó a sus países satélites a hacer lo mismo alegando que el plan era un instrumento del imperialismo y la hegemonía americana.
Pese a la campaña de los partidos comunistas, dieciséis países aceptaron la ayuda y se reunieron en una Conferencia en París en septiembre de 1947. La Conferencia tenía un triple objetivo: impedir la insolvencia europea que hubiera tenido nefastas consecuencias para la economía norteamericana, prevenir la expansión del comunismo en Europa y crear una estructura que favorecieran la implantación y el mantenimiento de regímenes democráticos.
El nombre del plan de rescate económico debe su denominación al Secretario General estadounidense George Marshall, que en 1953 fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz gracias al desarrollo de este plan de ayuda económica.
Fue ejecutado bajo el control de un organismo especialmente creado para tal fin: la Administración para la Cooperación Económica (ACE). Un representante de este organismo se instaló en cada una de las capitales de los países europeos beneficiados, para asesorar, y controlar las inversiones.

Cartel alemán del Plan Marshall, 1947

Europa en ruinas
Europa había quedado devastada tras la Segunda Guerra mundial y prueba de ello eran la cantidad de ciudades arrasadas por los bombardeos y las batallas y el sin fin de pérdidas humanas y materiales que sufrió el continente.
Una de las principales consecuencias de esto, fue la cantidad de migraciones que se llevaron a cabo a lo largo de los años posteriores al conflicto. Casi 15 millones de alemanes asentados en el este fueron deportados, de los cuales un 10 % murió en el desplazamiento mientras que las mujeres alemanas eran violadas por el ejército rojo.
Los países comenzaron a expulsar de sus fronteras a los grupos minoritarios con el fin de evitar los problemas de minorías que se habían producido tras la Primera Guerra Mundial, provocando una limpieza étnica de dimensiones colosales. Esto, dio paso a una uniformidad en los estilos de vida, donde ya no convivían gentes de diversa procedencia. Los grupos humanos se adaptaron a las fronteras políticas y no al revés, como quizás debiera haber sucedido.
Millones de personas se convirtieron en refugiados sin hogar y las carreteras de Europa sufrieron durante años un éxodo desmesurado. Una gran cantidad de judíos que habían escapado del Holocausto y no podían regresar a sus hogares, marcharon a Palestina donde la ONU crearía en 1948 el Estado de Israel, lo que provocó a su vez el desplazamiento de millones de palestinos, que acabaron pagando las consecuencias de un problema que no era suyo.

Crisis migratoria en Europa tras la Segunda Guerra Mundial

El renacer del europeismo
Europa se encontraba tras la guerra en un estado catatónico donde la moral de sus ciudadanos estaba por los suelos, tras salir a la luz las atrocidades realizadas durante el conflicto.
Mientras el plan Marshall ayudaba a recobrar el sistema económico de los países y ayudaba a reconstruir las ciudades de sus cenizas, se organizó un congreso con el objetivo de promover la unidad de Europa para poder evitar un conflicto similar en el futuro.
El citado congreso, el Congreso de la Haya, se reunió en 1948 y propició la creación del Consejo de Europa. Este organismo, defiende desde entonces los derechos humanos, la democracia y el Estado de derecho entre sus miembros.
